lunes, 13 de agosto de 2012

Abasto

Estilo: De mercado
Sabor: 8.5
Servicio:8
Ambiente: 8
Presentación: 8.5
Rango fuertes: $20.000 - $35.000
Dirección: Cr. 6 # 119 - 52

Este fue un sitio por el cual pasamos durante varios años y nunca nos atrajo lo suficiente su carta para ingresar. Sin embargo es un lugar que perdura en el tiempo, por lo cual asumimos que tiene su fanaticada. Un concepto sacado quizá de un restaurante en Buenos Aires que adapta este nombre a las plazas de mercados. Según mis recuerdos, la carta permanece muy similar; es una carta poco extensa con unas entradas, fuertes y cuatro postres.

En la composición de su carta, encontramos una carne, un pollo, un risoto, un arroz tipo paella, unos camarones en leche de coco, en general, platos realizados con ingredientes internacionales, mezclados con ingredientes muy colombianos, como es el caso de la entrada que pedimos, unas empanadas rellenas de mole y queso fresco (mexicano) con su masa de maíz peto (colombiano). En general, una combinación agradable, tal vez esperaba un poco más de fuerza en el mole y la masa aunque novedosa, no logra la crocancia de la masa original de maíz. De platos fuertes ordenamos una ensalada con bresaola (carne de res curada al sol en finas lonjas tipo italiano), lechugas, portobellos, entre otros ingredientes. Estaba bien pero le faltaba algo, tal vez mucha lechuga y una vinagreta casera hubiera sido interesante. El otro plato era un bife de paleta con puré de papa criolla y salsa de tomates rostizados. La porción buena, el puré suave y cremoso, de buena textura y con ingrediente muy colombiano (la papa criolla). La carne, un corte argentino obtenido del centro de la paleta u omoplato de la res. Es un corte suave, magro y de sabor ligero; de la apariencia de un baby beef. La carne le faltaba un poco de maduración, por lo cual percibimos ese sabor a fresco y fuerte que se genera cuando la carne aún puede madurar más. La salsa ara de tomatillos verdes (México) y luego nos trajeron la de tomates rostizados que aparecía en la carta. Igualmente les faltaba fuerza. Para terminar, ordenamos un crumble de frutas con helado de vainilla. Super generoso, con una capa ligera de crumble y mucha fruta en su interior, nos agrado bastante. El servicio un poco demorado, pero bien en general. El ambiente casual, con algunos toques en el fondo de tienda de barrio donde encontramos el mostrador con los dulces y chocolates de la infancia. También encontramos la venta de embutidos italianos y otras curiosidades como saleros de vidrio en forma de gallinas. En términos generales nos parece un sitio agradable, pero en la mezcla de estilos y a la comida en sí, le falta algo para ser memorables. Actualización 2019: Una nueva visita tras muchos años me ha sorprendido gratamente. Los sabores siguen siendo productos de la tierra, el uso de muchos tubérculos, preparaciones caseras con buenos sabores, platos bien presentados y a precios razonables. Probé el estofado de cordero con puré de arracada, muy bueno, lo único fue el espesor de la salsa que estaba totalmente líquida, por lo demás buenos sabores, combinaciones, presentación, tal vez un poco demorada la orden. El ambiente sigue siendo acogedor, con algunos aires de central de abastos. Subo mi calificación para este sitio!

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