Estilo: Francés
Sabor: 8
Presentación: 9
Servicio: 9
Ambiente: 8
Rango precios fuertes: $15.000 - $40.000
Dirección: Cll. 109 # 18 - 09

Este sitio empezó como un local pequeño de panadería y pastelería y con el tiempo se ha transformado en un restaurante de comida francesa, con un amplísimo menú que incluye carta independiente de desayunos. Ya cuenta con seis puntos en la ciudad. En mi experiencia personal, tenía recuerdos neutros de Bagatelle y tras la apertura de una nueva sucursal en la calle 109 decidí visitar el lugar, el cual es bastante amplio y cuenta con una terraza cubierta con jardín vertical en la parte posterior. Nos sorprendió una excentricidad que es un ascensor de cristal para subir al segundo piso pero de uso exclusivo para los empleados que bajan la materia prima. Apenas se entra, se encuentran las neveras exhibidoras refrigeradas con los postres individuales y compartidos de la carta , al igual que el surtido de panes en canastos. Para esta reseña, incluyo tres visitas al lugar y de antemano les digo que me ha sorprendido gratamente. La primera vez a manera de onces, pedimos una quiche con ensalada fresca y un postre al plato. La quiche muy fresca, no se sentía dura ni harinosa; su relleno muy balanceado. El postre, una semiesfera de chocolate rellena de mousse de maracuyá y mora, exquisito. La segunda visita a la hora del almuerzo, incluyó un sandwich croque monsieur con jamón de pierna, bechamel y queso gratinado, acompañado con papas a la francesa y la tradicional sopa de cebolla cubierta de hojaldre. El sabor del fondo de la sopa de cebolla, me dio buenas señas de que en este sitio saben lo que hacen y el toque del hojaldre para romper con la cuchara y descubrir la sorpresa de las cebollas que se funden delicadamente con el queso, le agrega un misticismo interesante. El sandwich aunque sencillo por naturaleza, estaba generosamente cubierto por el queso fundido y gratinado y las papas muy frescas, generosas y crocantes. la tercera y última visita a la fecha de esta publicación, nos llevó a la etapa del desayuno, el cual nos tomó mucho tiempo en decidir, debido a la inmensa variedad de huevos que tiene el lugar, unos bastante creativos. Finalmente pedimos unos huevos fritos mexicanos con salsa ranchera, totopos, guacamole y queso derretido. También pedimos unos huevos Orsini, que son unas claras batidas a nieve con sus yemas aparte, gratinadas en el horno con queso parmesano y unas lonjas de tocineta que se posan en su cúpula, acompañado por pan brioche tostado. A la mesa llega una montaña exhorbitante parecida a un souflé y los huevos mexicanos en cacerola, recién salidos del horno. Los sabores muy buenos, la presentación original y las porciones suficientes. Complementamos con un mockachino, una limonada y un postre de dos macarrones en sandwich rellenos de crema con liche y frambuesas, decorado con un pétalo de rosa, un postre muy delicado en sus sabores y el favorito de las mujeres por sus tonos rosa. En general el servicio bueno, los precios un poco altos pero justificables. Quizá uno de los mejores desayunos que he probado fuera de la casa. Un duro golpe para Jacques que se se encuentra a pocos metros en la acera contraria.
Actualización 2015: Una nueva visita nos deja un sabor agridulce (mucho mejor en crepes & Waffles). Probamos la sopa de cebolla que sigue siendo muy rica, pero me aventuré con un crepe clásico francés con huevo, queso, jamón y salsa de queso, simplemente ladrilludo, aburrido, plano con una masa muy gruesa y dulzona, la salsa de queso sosa y sin sabor, algo seco, mucha harina, buen tamaño pero definitivamente debajo de la calidad de bagatelle. Otro defecto fue el pan de cortesía que trajeron inicialmente, duro, seco y frío. Afortunadamente teníamos un buen mesero y nos hizo el cambio por un pan completamente diferente. Ojo a esos detalles Bagatelle.!!!
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