lunes, 29 de julio de 2013

Taj Mahal

Estilo: Indio
Servicio: 7
Sabor: 9
Ambiente: 8
Precios fuertes: $20.000 - 45.000
Dirección: Cll 119B # 6A - 34


Una nueva alternativa de cocina india en Usaquén. Siempre ha sido deficiente, por no decir nula, la oferta de restaurantes de la India en Bogotá. El local, con un ambiente moderno y algunos toques como lámparas y grabados en las paredes, nos recuerdan que tipo de comida vinimos a probar. Punto a favor, su dueño es auténtico hindú. La carta no es muy extensa, lo cual está muy bien. Al poco tiempo de sentarnos, nos llegó un pan típico indio con tres salsas para untar: una de tamarindo, otra de hierbabuena y cilantro y una última de remolacha con cebollitas encurtidas. La cantidad de las salsas generosa, mas no puedo decir lo mismo del pan. En este punto percibí que el uso de picante es un distintivo de este sitio. De fuerte ordenamos unos garbanzos en salsa de tamarindo y un pollo en salsa de tomates y crema. Los acompañamientos hay que pedirlos aparte, por supuesto con un costo elevado adicional. Ordenamos una porción de pan con queso y una porción de arroz basmati. Mientras preparaban los platos, llegaron las bebidas, unas limonadas de mango y un lassie de mango. Las limonadas de buen sabor pero tibias. El lassie tibio y aguado; quizá esta fue la gran decepción del restaurante. El lassie original es espeso al mejor estilo de smoothie y jamás lleva agua. Pilas con esto!!!. Algo que notamos es que estaban algo cortos de meseros, ya que cuando el restaurante se llenó, era difícil lograr que se acercara un mesero a la mesa. Otro punto a mejorar es la capacitación de los meseros. No sabían exactamente lo que están ofreciendo en la carta. El nivel de picante, lo ofrecen en tres niveles. Nosotros lo pedimos suave para no arriesgarnos tanto, pero en últimas llegó medio fuerte. para mí esto no es un inconveniente, ya que adoro los chiles, pero para alguien que no tolere el picante, no hubiera comido absolutamente nada. Después de una larga espera, arribaron los platos, servidos en pequeñas ollitas de cobre, un toque muy especial. las porciones en relación al precio, un poco pequeñas. Incluso nos quedamos cortos de arroz y ordenamos una segunda porción. Los sabores eso sí, muy bien logrados; realmente auténticos. Al final, la cuenta, más de cien mil pesos, para dos platos fuertes y bebidas sin alcohol. No hubo postres ni entradas.
Por sabor, recomiendo ampliamente el sitio, sin embargo hay que mejorar algunos detalles.



No hay comentarios:

Publicar un comentario