Sabor: 9
Servicio: 9
Ambiente: 9
Precios fuertes: $40.000 - $80.000
Dirección: Cr 13 # 85-46
La última creación de Harry Sasson, ubicado en el Four Seasons, este lugar es un homenaje a su padre fallecido Nessim y a la cocina casera. El local es bastante amplio y moderno, está totalmente restaurado. La cocina de tipo abierta, una gran barra, sala privada, una terraza posterior cubierta y un menú con tendencia mediterránea, cuenta con carnes a la parrilla, arroces, sopas, combinaciones con pescado y algunas entradas diversas desde coctel de langostinos hasta tacos. Para comenzar recibimos la cortesía de panda costra gruesa tipo mini baguette con crema agria batida y verduras encurtidas, estuvo bien, sin ser memorable. De fuertes pedimos la hamburguesa de la casa, un arroz meloso con pescado y un lomo de res. Los acompañamientos los venden aparte. El tiempo de espera fue prudente. Primero quiero decir que las porciones son muy generosas. La hamburguesa tenía una buena calidad percibida en su composición cárnica, quizá mezcla un corte de tercera con uno de primera tipo bife ancho o punta de anca, lo cual está muy bien, esto genera buen sabor y textura. El pan de la hamburguesa aunque bueno, he probado mejores como por ejemplo el de Cosette. El termino ¾ era correcto, aunque tendía a perder un poco su jugosidad con el pasar de los minutos, pero nunca llegó a ser pastosa o seca. los aderezos, salsa de tomate, una buena mostaza, queso tipo americano, las verduras clásicas con pepinillos y una ensalada cole slaw. Suficiente y no me hicieron falta las papas, las cuales tocaba pedir por aparte con costo adicional. El lomo de res, tenía buena maduración y jugosidad, sabor parrillero y venía con un tomate a la parrilla. Se pidió una adición de plátanos maduros, que estaba ok; creo que los acompañamientos alcanzan para dos personas, lo cual tiene su desventaja si solamente lo va a comer una persona. Yo personalmente reduciría la porción y el precio, de manera que si cada uno de los comensales quiere un acompañamiento diferente no se desperdicie nada. El arroz meloso estaba espectacular, de muy buen sabor, super cremoso, el pescado muy tierno, igualmente generoso. Los meseros siempre muy atentos y formales. Al final fue una experiencia muy agradable, donde se nota ese esfuerzo extra por brindar una buena experiencia y un producto de calidad lo cual justifica en parte el alto costo de los platos, aunque definitivamente es uno de los más costosos de la ciudad por lo cual no es para ir cada ocho días, sin embargo me parece que tiene mejor nivel que restaurantes del emporio Rausch, Leo Katz o Andrei, comparando por nivel de precios similares.
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