Estilo: Parrilla
Sabor: 8
Presentación: 7
Ambiente: 7
Servicio: 8
Rango precios fuertes: $30000 - $60000
Dirección: Variante Chía - Cota km. 2
Los paseos por la sabana de Bogotá, evocan los clásicos paradores o piqueteaderos que en algún momento de la historia años atrás, se estilizaron en propuestas fashionistas y esnobistas como el famosísimo Andrés Carne de Res. De este lugar sale un parrillero con la idea de copiar el éxito de dicho restaurante y coloca el Humero, básicamente con la misma propuesta de su vecino pero obviamente no con el sabor clonado. Al día de hoy, el Humero trasladó su sede a la variante Chía - Cota aproximándose un poco más a su competencia. En el pasado el Humero ofrecía un precio bastante inferior a su competencia pero en calidad se quedaba corto. Ahora la distancia en calidad y precios se acorta, las porciones carnívoras son enormes, ideales para compartir en su mayoría. El ambiente del lugar es un galpón mucho más austero que el de Andrés, con música en vivo y los éxitos del momento; recomendamos revisar la calidad e instalación del sonido. La carta no tan extensa ofrece variedad para los amantes de la carne incluyendo el cochinillo que nos pareció interesante. Hablando en términos parrilleros, me sorprendió el buen punto de maduración de las carnes al igual que su cocción en parrilla. La suavidad y el sabor no tuvieron queja alguna. Todos los extras para picar pasaron la prueba, incluyendo los chicharrones que eran bastante carnudos y bien sequitos. Los acompañamientos (papa con salsa de crema agria y bananito a la parrilla) bastante pequeños, lo cual no necesariamente es una desventaja, ya que las harinas en exceso mezclado con las carnes son trampas mortales. Quizá las salsas que colocan en todas las mesas para acompañar las carnes me parecieron un poco flojas y no logran sabores balanceados (ají, babi y chimichurri). Estamos hablando aquí de comida sencilla sin mayor elaboración cuyo éxito radica en la calidad de las carnes y su cocción. Deberían ofrecen medias porciones, por lo menos en el caso del lomo enchilado que fue el elegido pues la porción completa son 500 g lo cual es digna porción de un caníbal. Aunque los precios no son baratos, si ajustamos al tamaño de las porciones y decidimos compartir, termina siendo más económico que su competencia. En cuanto a los postres, , la presentación bastante sencilla, nada especial, los sabores buenos pero tal vez pasados un poco de azúcar.En términos generales superó las expectativas y los recuerdos de hace más de una década. Comer buena carne es muy difícil en Bogotá, el Humero es un lugar decente para aquellos carnívoros insaciables. Por lo menos así lo registro nuestra experiencia.
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